martes, 3 de junio de 2014

EL REY

¿De qué se puede hablar de más actualidad que del Rey? Del viejo y del joven, que en este momento están en trance de transmigración y no sabe uno ya a cual referirse, pues hace meses que están en ello a puerta cerrada. El proceso ha sido estudiado cuidadosamente y a poco que uno analice los indicios de la operación se dará cuenta de que ha sido bien planeada. Un relativamente escueto comunicado de abdicación, como restándole importancia, ha oficializado la cesión de la corona. Podría haber hecho el Rey padre un emotivo análisis de su reinado, señalando los momentos clave, los éxitos conseguidos, los problemas afrontados, etc., pero se ha limitado a comunicar con brevedad su decisión de abdicación. Es una manera adecuada de no levantar demasiado alboroto, tal y como están las cosas, y que la transferencia se haga rápido y “callando, callando”. Y no obstante, ya se han llenado las plazas de algunas ciudades clamando por la República. No se puede ignorar que la reciente monarquía es de herencia franquista, a pesar que Franco era un militar republicano que al final se sublevó. No le debieron quedar ganas al “Caudillo” de promover una tercera República al final de sus días, en lugar de la antigua monarquía borbónica, pues las heridas republicanas de la guerra civil no se habían cerrado todavía. Incluso ahora siguen abiertas en muchos, o mejor, han sido reabiertas por la acción de algunos y la omisión de otros.

El caso es que se avecina una nueva etapa en la que habrá que afrontar el acoso de las tendencias separatistas periféricas, tejer una reforma de la Constitución que impida la disolución del país y hacer frente a la crisis generalizada de las instituciones, motivada por la corrupción, el descrédito de la clase política y su desconexión de los ciudadanos. Ha sido sintomático el éxito logrado en las elecciones europeas por el partido “Podemos”, heredero del movimiento del 15-M, que a pesar de sus propuestas utópicas, ha calado profundamente en una parte sustancial de la población. También ha ayudado, cómo no decirlo, el carisma personal de su dirigente, Pablo Iglesias, que parece ya predestinado por nombre desde la pila bautismal (si hizo uso de ella) para liderar una izquierda capaz de generar ilusión.

El problema es que la tarea a realizar es ya demasiada para el viejo Rey, que probablemente anhela no manchar su reinado con un final desastroso que acabe tumbando definitivamente la monarquía española. Y le ha soltado el marrón a su sucesor, ya entradito en primaveras y que probablemente estará deseando coger las riendas del casi simbólico poder para intentar salvar al país, y a la monarquía, de la amenaza del inmediato futuro. El momento es el oportuno, ya que está cerca la batalla política separatista catalana definitiva y hay que dejar al sucesor en su puesto antes del verano para que vaya trabajando, a la vez que el veterano Rey se va a disfrutar de unas merecidas vacaciones. Hay un paralelismo claro con la renuncia del Papa, abrumado y sin las fuerzas suficientes para luchar contra la corrupción vaticana y los escándalos de la curia. Y eso que el Papa contaba con la ayuda de Dios para resolver sus problemas, así que al Rey, que últimamente está demasiado solo, se le disculpa con mayor motivo. Aunque al final, como a Suarez, se le reconoce el mérito de haber conducido al país a la democracia sin más enfrentamientos civiles.

Váyase pues de vacaciones, Majestad, que en todo caso, como el viejo Papa, seguirá cohabitando con el nuevo Rey y le echará una mano si fuera menester. Y además, ahí está también la nueva Reina, cuyo papel en la sombra está por ver y que, si se le pasa la tontería estética, pudiera dar un buen juego. Será curioso contemplar cómo se van definiendo los perfiles de ambos. Nunca se sabe de antemano cómo evolucionan las personas al cambiar las circunstancias. De momento, el nuevo Rey nos sigue pareciendo el Felipe que hemos conocido desde que era niño, al que le faltaba siempre  medio hervor, aunque ahora use barba entrecana y haya endurecido algo el gesto. Lo que no se le podrá negar es apariencia, lo mismo que a Leticia, y dicen que además buena preparación. Pero le hará falta algo más para lidiar este toro que le ha caído en suerte. Que la tenga buena.

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